Tras el cierre de campaña, se puede decir que estamos ante un problema estructural, ya que 50.000 toneladas de frutas de hueso españolas no tienen comprador
Los agricultores murcianos soportaron en el segundo trimestre una caída del 60% en el coste medio, que se situó por debajo de 0,40 euros el kilo.
El sector de la fruta de hueso presenta una situación de desequilibrio estructural por exceso de oferta que se viene produciendo cada verano desde 2014, incluso con anterioridad al cierre del mercado ruso”, recuerdan desde el Mapama, y recalcan que la situación se ha “agravado” en 2017.
La sobreoferta provocada por el bloqueo de Rusia a productos de la UE por un lado, y el auge de la producción en España por el otro, ha dejado sin comprador miles de toneladas de melocotón y nectarina, y el consiguiente hundimiento de su precio en origen de más de un 50%, dibujan un escenario muy complicado para nuestros agricultores, y para el sector en general.
Miles de toneladas de melocotón y nectarina se han quedado sin comprador
Las últimas medidas adoptadas por la UE, de retirada de 29.350 toneladas de excedente no son suficientes, y los agricultores piden medidas estructurales para el sector, tras tres años de penurias, calificando los máximos representantes del sector la situación como de auténtico colapso.
La mejor fruta en calidad de los últimos años, y se puede decir que buena parte de ella se ha quedado en el árbol o se ha caido, porque no hay capacidad de los mercados para absorverlos ni en las almacenes para guardarlos, como ha expresado José Manuel Roche, secretario general en Aragón de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).
El portavoz de la organización agraria apunta dos claves para esta “desestabilización del sector”. El primero, dice, ha sido la llegada de grandes inversores al sector de las frutas de hueso, que ha aumentado el producto un 33% en los últimos cinco años. “En Aragón, una empresa como Samca, dedicada toda su vida a la minería, ha apostado en los últimos años por cultivar cereza, melocotón y nectarina en plantaciones de 400 y 500 hectáreas”, dice. Ese exceso de oferta, en todo caso, no sería un problema si hubiera demanda. Pero no la hay. O no lo suficientemente grande para absorber los 1,5 millones de toneladas de frutas de hueso recolectadas esta campaña, un 10% más que en 2016.
Y ahí aparece el segundo motivo de desequilibrio: el bloqueo de Rusia a los productos comunitarios desde 2014. “El año pasado los rusos seguían comiendo melocotones españoles porque los colocábamos allí a través de los mercados de Bielorrusia o Kazajistán. Pero este año han cerrado también sus fronteras con esos dos países… y por eso este año estamos sufriendo más”.
En este escenario la consecuencia inmediata: el hundimiento de los precios. El kilo de melocotón en origen se pagó la última semana de agosto a 0,28 euros el kilo, cuando en la misma semana de 2016 se adquirían a 0,41 euros; es decir, se ha depreciado un 31,4%. Lo mismo pasa con el albaricoque, que pierde un 35,4% de valor en un año, hasta los 0,65 euros.
El hundimiento de los precios en origen de la fruta contrasta con el alto precio que paga el consumidor
Sin embargo los distribuidores están cobrando la fruta al cliente a un precio mayor del que deberían, que es otra de las quejas de los agricultores, que están manejando precios de origen aún más bajos y denuncian que esas caídas no se trasladan proporcionalmente al consumidor. El índice IPOD de la coordinadora agraria COAG revela que la distancia entre lo pagado al agricultor y lo cobrado en tienda se disparó en agosto un 1.067% en el caso del melocotón, un 720% en la ciruela y un 1.053% en la nectarina. El año pasado, no se llegaba al 350% en ninguno de los tres casos.
De ahí la denuncia de que “Los distribuidores se están aprovechando, están cobrando la fruta al cliente a un precio mayor del que deberían y están haciendo el agosto a costa del agricultor”, dice el dirigente de UPA sobre una situación ya denunciada a la administración. “Veríamos normal cobrar dos euros al cliente si al agricultor le pagasen 50 céntimos, pero en agosto solo nos abonaban 16 céntimos: ocho de adelanto y otros ocho en un segundo pago, en octubre”.
Los vendedores se defienden
Los vendedores niegan que se estén beneficiando del excedente frutal. “El precio en el lineal incluye también costes de transporte, establecimiento y empleados, así que los márgenes netos del sector son en realidad muy estrechos”, contextualiza a este medio un portavoz de Anged, la patronal de los hipermercados que representa a grandes distribuidores como Carrefour, Eroski o Hipercor.
“Somos los principales interesados en tener un sector productor fuerte porque los agricultores son la base de nuestro negocio”, añaden fuentes de Asedas, la asociación que representa a supermercados como Dia, Mercadona o Ahorramás. “Necesitamos ser cada día más eficientes y en España hay muchos agricultores que gracias a un acuerdo estable con un distribuidor son ajenos a las variaciones de precios… para nosotros ese es el modelo”.
Una retirada de producto que se queda corta
Fuentes del ministerio de Agricultura admiten que conocen la evolución de los precios, que califican como preocupantes e insuficientes para remunerar a los productores . Las medidas adoptadas por la administración han intentado paliar de algún modo esta situación retirando excedente a 0,27 euros para elevar precios e intervenir alimentos que, sin salida al mercado, tendría que tirarse.
Los fondos de la PAC financiaron en julio la retirada en España de 9.775 toneladas y a finales de agosto se emitió otra orden para retirar 19.550 toneladas adicionales de melocotón, nectarina y paraguayo. Las cooperativas y las centrales hortofrutícolas no han hecho sus deberes”Ese último cupo se quedó corto y se agotó en apenas dos días”, explica UPA, que calcula en unas 50.000 toneladas la fruta sobrante y que debería ser retirada para destinarse, como se hace ahora, a elaborar zumo destinado a beneficencia y bancos de alimentos.
Además se quejan, ademá del volumen finalmente retirado (29.325 toneladas), del momento en decidirse, cuando la campaña ya estaba finalizando, y han calificado la retirada como un parche coyuntural, reclamando medidas estructurales para cubrir el agujero ruso y que lo recibido por la retirada de sus productos, apuntando que esos 27 céntimos, no cubren el coste medio de producción, que sitúan en 32 céntimos.
España, además, se juega mucho porque es el mayor productor de la UE de estas frutas veraniegas, con 121.000 hectáreas plantadas. La patronal de exportadores hortofrutícolas Fepex, por su parte, calcula que el 92% de las 1.039.067 toneladas exportadas en 2016 se destinaron a la UE. Solo el 8% se vende a países terceros como China o Emiratos Árabes.
Las propuestas de los agricultores
Los agricultores exigen abrir nuevos mercados y, a la UE, retomar las conversaciones con una Rusia que antes del veto importaba 5.250 toneladas de melocotón y 29.525 de nectarina española.
La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, convocará a los productores en octubre para debatir una solución a largo plazo e implantar un Plan Estratégico. El planteamiento de UPA es conocido, apostando por una reestructuración del sector ya que producimos más melocotón del que somos capaces de comer. Además se apuesta por abrir nuevos mercados, y por un plan de arranque de cultivos que sea forma proporcional al tamaño de cada explotación.
El resto de las peticiones al Gobierno son ayudas directas al sector, líneas de crédito a interés cero para inyectar liquidez a los agricultores, subvenciones a las cuotas del seguro agrario, eximir al sector del pago del IBI y de las cotizaciones a la Seguridad Social; una medida, esta última, que ya se otorgó a los cerealistas esta primavera al sobrevenir la sequía.