El II Congreso Nacional de Fruta de Hueso celebrado en Murcia el pasado 9 de marzo nos dejó ponencias muy interesantes de contenido científico de mucho nivel, como la ofrecida por Don Francisco González Zapater, Jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Direcciòn General de Agricultura de la CARM, con la que nos puso al día sobre la Xylella Fastidiosa, una enfermedad que trae de cabeza a nuestros agricultores.
Tiene una amplia experiencia en Sanidad Vegetal formando parte del Comité Fitosanitario Nacional y de la Comisión de Evaluación de Productos Fitosanitarios, así como en legislación y uso sostenible de productos fitosanitarios.
Éste fué el contenido de su ponencia.
XYLELLA FASTIDIOSA ¿UNA AMENAZA PARA NUESTROS CULTIVOS?
Esta bacteria que actualmente ocupa las páginas de nuestros periódicos o de cualquier medio de comunicación, no se trata de un nuevo organismo nocivo, ya que es conocida desde hace mucho tiempo afectando a cultivos como cítricos y vid en el continente americano, donde está ampliamente dispersa afectando a gran número de países desde Canadá hasta Argentina.
En Europa la primera detección se produjo en 2013, pero es más que probable que ya se encontrara en la región de Apulia, Sur de Italia, desde 2008, habiéndose achacado su sintomatología a otras enfermedades de madera y siempre unido al cultivo del olivo.
Posteriormente a este hallazgo, se detectan nuevos focos en Córcega y Austria (2015) y Alemania (2016), para finales de este año llegar a España y más concretamente a la Islas Baleares. Muchos de estos focos han estado correlacionados con la introducción de material vegetal ornamental (café, polygala, etc) procedente de países del continente americano.
Hasta la fecha se han clasificado hasta 5 subespecies de esta bacteria (Pauca, Multiples, Sandy, Fastidiosa, y muy recientemente Taiwanensis) las cuales se encontraban inicialmente afectando a territorios muy específicos, pero con la detección de nuevos focos con varias de ellas se están produciendo recombinaciones de las mismas.
Como ejemplo de lo comentado anteriormente tenemos las Islas Baleares que desde su afección en el mes de diciembre 2016, se ha producido una gran dispersión con la detección de tres de las subespecies.
Otra de las características que define esta enfermedad de cuarentena, es la gran cantidad de huéspedes que pueden ser afectados por ella, en total más de 350, tanto herbáceos como leñosos, con la problemática adicional que alguno de ellos no manifiesta sintomatología alguna. Así se han detectado plantas afectadas en Europa en una gran cantidad de especies como es el caso de olivo, acebuche, cerezo, almendro, ciruelo, polygala, romero, lavanda, nerium, acacia, etc., con una lista que desafortunadamente no para de engordar, incluso afectadas por subespecies sin referencias bibliográficas.
“Se han detectado plantas afectadas en Europa en una gran cantidad de especies como es el caso de olivo, acebuche, cerezo, almendro, ciruelo, etc.”
Dentro de los aspectos positivos, hay que indicar que hasta la fecha no se ha detectado en cítricos (clorosis variegada) ni en vid (enfermedad de Pierce), las cuales han ocasionado fuertes pérdidas en la economía agraria de países como Estados Unidos y Brasil.
Xylella, se desarrolla en el xilema de la planta ocasionando el taponamiento de los vasos que conducen a la savia bruta, esta falta de circulación de reservas en la planta ocasiona un estrés que se manifiesta con unos síntomas similares a los que se generan por problemas de sequía o estrés hídrico, y por consiguiente con la seca de hojas desde el ápice, brotes e incluso ramas enteras y en los casos de mayor gravedad puede ocasionar el colapso general de las plantas, aunque algunas de ellas puede rebrotar cuando las condiciones de temperatura y humedad les son favorables.
La transmisión a corta distancia es por medio de una serie de insectos vectores de la familia de los cicadelidos y cercopidos, hemípteros chupadores, aunque fundamentalmente se ha asociado a uno en concreto, se trata de Philaenus spumarius. Estos insectos al alimentarse de los jugos celulares de las plantas enfermas contaminan posteriormente plantas sanas al clavarles su aparato bucal. Pero, la gran vía de dispersión antrópica es la originada por la comercialización y movimiento de material infectado de un continente a otro, o de una zona infectada.
“Respecto a las medidas de control de la bacteria están fundamentadas en medidas preventivas dada la ausencia de productos de acción curativa para su control, como son la intensificación de controles en frontera”
Es muy importante destacar que los sistemas analíticos de detección hasta la fecha eran muy complicados, de ahí el nombre de fastidiosa, y hasta la puesta en marcha de complejas técnicas como la de PCR a tiempo real, era difícil dictaminar con certeza la presencia o ausencia de la misma.
Respecto a las medidas de control de la bacteria están fundamentadas en medidas preventivas dada la ausencia de productos de acción curativa para su control, como son la intensificación de controles en frontera, asegurarnos en la provisión de material vegetal de zonas o productores donde no esté presente Xylella.
Las acciones a establecer una vez detectada la enfermedad, se fundamentan en la erradicación. La legislación europea obliga a la designación de una zona demarcada, compuesta por una zona infestada con un radio de 100 metros alrededor de la planta infestada más una zona tampón de 10 kilómetros de radio, donde se prohibirá la salida de material sensible.
Dentro de la área infectada se procederá a arrancar y destruir todo vegetal especificado (sensible a portar la enfermedad) ya este sano o afectado, lo cual está ocasionando fuertes problemas sociales y económicos en los países europeos donde se ha detectado algún foco de la bacteria.
En definitiva, se trata de un problema real que desgraciadamente está llamando a nuestras puertas y en este contexto mundial de globalización en el que vivimos, se hace muy difícil evitar su dispersión.